Yo siempre digo que es necesario estirar el brazo para saber lo que está o no está a tu alcance.
Hay veces que te sorprendes y encuentras lo que no esperabas, tan cerca y tan fácil de alcanzar. Te das cuenta que has estado dando vueltas sin ver lo que te rodeaba. Otras, estiras y estiras pero no llegas. Es como esas pesadillas (quizás solo las tenga yo) en las que intentas avanzar, pero tus pies siguen atrapados en el mismo sitio.
No soy nadie para darte un consejo, pero dejo aquí, por si alguien lo necesita, el que me dieron a mi cuando lo necesité: «Si no puedes alcanzarlo eso es porque no está. Deja ir a aquello que no se quiere quedar.»
MI PEQUEÑO MICROCLIMA 
Yo siempre digo que es necesario estirar el brazo para saber lo que está o no está a tu alcance.
Hay veces que te sorprendes y encuentras lo que no esperabas, tan cerca y tan fácil de alcanzar. Te das cuenta que has estado dando vueltas sin ver lo que te rodeaba. Otras, estiras y estiras pero no llegas. Es como esas pesadillas (quizás solo las tenga yo) en las que intentas avanzar, pero tus pies siguen atrapados en el mismo sitio.
No soy nadie para darte un consejo, pero dejo aquí, por si alguien lo necesita, el que me dieron a mi cuando lo necesité: «Si no puedes alcanzarlo eso es porque no está. Deja ir a aquello que no se quiere quedar.»