Que encuentres tu propio Oz dentro de ti. Quizás los latidos que se oían eran sólo los míos, sonaban tan fuerte que parecían dos corazones.
Hasta siempre, mi adorado hombre de hojalata. No te pude salvar de ti mismo.
Que encuentres tu propio Oz dentro de ti. Quizás los latidos que se oían eran sólo los míos, sonaban tan fuerte que parecían dos corazones.
Hasta siempre, mi adorado hombre de hojalata. No te pude salvar de ti mismo.
El alma en ocasiones toma decisiones por ti, decisiones que te duelen tanto que serías incapaz de tomar con la cabeza o con el corazón, por eso ella, tan sabia, toma las riendas del carruaje y decide el rumbo a seguir. Así, sin previo aviso, te prepara la maleta y mantiene el secreto del viaje hasta el último momento.
Un día, sin saber cómo ni porqué, te despiertas intentando revolcarte en un sentimiento que, tuviese sentido o no, acaparaba tus días, tus noches, tus madrugadas y ponía nombre a una gran parte de tus latidos. Intentas abrazarlo y te das cuenta de que ya no está. Está cuidadosamente doblado en una pequeña maleta que te acompañará siempre, una vez guardado allí ya no hay vuelta atrás, sólo un duro y largo viaje por hacer…
Cuando ya no te ilusiona quedarte lo único que puedes hacer es irte.
Querido diario: hoy me busco en el recuerdo de aquellos viajes que hice en el ala de su sombrero, en primera clase. Nunca antes había viajado así, sobre ante azul marino y sin miedo a las alturas . Además, durante todo el trayecto, el personal de a bordo servía besos sin gluten en el menú.
Deseo con todas mis fuerzas volver a estar allí, mirar hacia abajo y que el paisaje más bonito del mundo sea su sonrisa asimétrica, el destino que siempre soñé visitar.
El paseo, Chagall
Entre tu cielo gris y el mío azul caben aproximadamente 7,2 millones de besos, 854.378 abrazos, tres mil pares de ilusiones nuevas, 94 canciones de Serrat y 360 minutos de recuerdos que llevan tu nombre (150 si viajo en tren).
Fotografía tomada con alegría en el Paseo de los Tristes, Granada.
…se acomodaba en la nostalgia con los ojos cerrados y disfrutaba de ese beso indeleble mordiéndole el ombligo, aquella vez que su ombligo pareció ser el centro de todo…
Querido diario:
Hay días que amanecen color despedida y que me dejan el alma deshilachada y rota en infinitos retales de tonos ocres.
Esos días en los que me desangro de forma cíclica e inevitable y no le encuentro el pulso a ninguna de las palabras.
Días ,en los que se me marchita la mirada por exceso de lágrimas de cementerio que se niegan a salir y que ,en busca de otras puertas, golpean punzantes cada una de mis amordazadas vísceras.
Hoy vivo anudada en uno de ellos, alimentándome de desasosiego y espirales desdibujadas, me dejé atrapar sin remedio por la ausencia de vida.
Hoy…día de nadar entre amenazas de soledad y miedo, de ahogarme en los no suspiros y de dejar morir cartas de amor en blanco. Un día de continuar en este mar oscuro de desesperanza y telaraña hasta alcanzar la orilla donde poder volver a coronarme naufraga.
Mañana…mañana será otro día
Laura Ortiz
Fotografía de Ana Pérez
En ocasiones es necesario un bautismo, hundirnos en el agua, dejar lo que nos pesa, respirar y seguir. Ofelia se dejó la vida en el agua, no están los tiempos para tanto drama…Sigamos pues, adelante, siempre adelante, con la espalda todo lo limpia que nos sea posible.
Un video de la artista multidisciplinar Ana Pérez.
“Mereces un amor que te quiera despeinada, con todo y las razones que te levantan de prisa, con todo y los demonios que no te dejan dormir. Mereces un amor que te haga sentir segura, que pueda comerse al mundo si camina de tu mano, que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel. Mereces un amor que quiera bailar contigo, que visite el paraíso cada que mira tus ojos, y que no se aburra nunca de leer tus expresiones. Mereces un amor que te escuche cuando cantas, que te apoye en tus ridículos, que respete que eres libre, que te acompañe en tu vuelo, que no le asuste caer. Mereces un amor que se lleve las mentiras, que te traiga la ilusión, el café y la poesía.”
Frida kalho