Entre tu cielo gris y el mío azul caben aproximadamente 7,2 millones de besos, 854.378 abrazos, tres mil pares de ilusiones nuevas, 94 canciones de Serrat y 360 minutos de recuerdos que llevan tu nombre (150 si viajo en tren).
Fotografía tomada con alegría en el Paseo de los Tristes, Granada.
Dos días les dí a mis lacrimales de asuntos propios, me consta que no han parado en ese tiempo, ellos son así.
Al corazón, sin embargo, he tenido que firmarle una baja, hasta nuevo aviso.
Al cerebro directamente le doy vacaciones, llevaba notándolo cansado algún tiempo y ,en cierta forma, un poco desmotivado en el trabajo.
La piel la pondré en el tendedero a que se airee. Las huellas de otra piel se borrarán con el aire o con el tiempo, al menos eso espero.
A los ojos les pagaré un curso intensivo para que aprendan a ver la realidad, es curiosa la tendencia que tienen a ver a los demás más grandes de lo que son…
Y yo mientras tanto voy haciendo la mudanza. Los sentimientos los voy colocando en cajas, algunas van precintadas, por lo que pueda pasar. Otros los he tenido que envolver en papel burbuja, son los que saco sólo en ocasiones especiales…ésta pensaba que lo era. Los guardo con cuidado y escribo en mayúsculas: FRÁGIL, imaginando entre suspiros que habrá otras ocasiones que los merezcan.
Las cosas que no he dicho y los besos que no he dado irán en otra distinta, ya no sirven, los reciclaré. Hay trozos de ilusiones rotas por todos lados, quizá los pegué más tarde o quizá los guardé así.
Y como en toda mudanza un poco de melancolía… lo bueno es que de tanto mudarme cada vez tardo menos en empaquetar.
Cajas a la furgoneta, me voy al lugar maravilloso que nunca debí abandonar, al entrar hay un letrero muy grande donde dice YO
…allí podréis encontrarme.
Laura Ortiz
MI PEQUEÑO MICROCLIMA 